Como conclusión de los dos artículos que hemos dedicado a la organización de los lineales, hoy pretendemos resolver gráficamente el tema comparando dos estilos distintos de farmacia.
Si tenemos en cuenta que cuando nuestro cliente entre por primera vez a la farmacia, su reacción natural será ojear la farmacia de manera horizontal, en el ejemplo 1 el cliente centrará su atención especialmente en los productos de la familia B, y en menor medida en las familias A y C. En cambio, despreciamos los productos de la familia D, puesto que en la posición en que se encuentran apenas tienen visibilidad (de hecho cada vez más es un nivel destinado para cajoneras donde almacenar producto para reponer los niveles superiores).
En cambio, en el ejemplo 2, el cliente ve inicialmente las cuatro familias de producto y puede dirigirse rápidamente a aquella que es de su interés. Además, el hecho de poder buscar dentro de la misma familia sin necesidad de desplazarse favorece la unidad de cada familia de productos.
Además, toda vez que el cliente ya ha encontrado la familia que está buscando, seremos nosotros quienes tengamos la posibilidad de resaltar aquellos productos que nos interesen situándolos a la altura de los ojos o las manos.